lunes, 28 de marzo de 2016

E.H. Carr, ¿Qué es la Historia?,


Ariel,
España, 2010, 224 pp.

A principios de 1961, Edward Hallet Carr, un especialista en historia soviética que estudió letras clásicas en Cambridge, pronunció un ciclo de seis conferencias en esa universidad. Su título era simple y profundo al mismo tiempo: What is History? Carr no podía sospechar que esa media docena de pláticas, publicadas por primera vez como libro ese mismo año, se convertirían en el texto historiográfico más influyente del siglo XX. Un texto que, además, fue el punto de partida de una tradición anglosajona de ensayos historiográficos de “alta divulgación” que perdura hasta nuestros días. Cincuenta años después de haber sido concebido ¿Qué es la Historia? sigue siendo un libro editado, leído y discutido; en una palabra, es un “clásico” de la historiografía occidental.1

Cuando Carr pronunció las seis conferencias referidas era conocido sobre todo por un libro sobre las relaciones internacionales del periodo de entreguerras (La crisis de los veinte años, 1919-1939) y por los tres volúmenes de La revolución bolchevique 1917-1923, aparecidos respectivamente en 1950, 1952 y 1953. Mientras escribía ¿Qué es la Historia?, Carr estaba inmerso en otra magna obra sobre la revolución rusa: Socialismo en un solo país, cuyos cinco volúmenes aparecieron entre 1958 y 1964.2 Su admiración por Marx y sus opiniones favorables al régimen soviético (particularmente a Stalin durante la posguerra temprana) le granjearon a Carr una reputación polémica, por decir lo menos, sobre todo en la medida en que la Guerra Fría se recrudeció. Su libro sobre las relaciones internacionales europeas de entreguerras, que sigue siendo lectura obligatoria entre los internacionalistas interesados en el periodo, y su monumental historia sobre la revolución rusa bastarían para que Carr ocupara un lugar privilegiado en el panorama de las ciencias sociales del siglo XX. Sin embargo, la obra por la que Carr es más conocido es el “librito” (150 páginas en una edición de bolsillo) que aquí conmemoramos.

Cabe señalar que Carr no fue un historiador profesional en ningún sentido de la palabra: no estudió historia ni fue profesor de historia; además, nunca se doctoró (ni en historia ni en ninguna otra disciplina). Las conferencias que integran ¿Qué es la Historia? fueron concebidas por él como una polémica con las principales tendencias historiográficas de la academia británica de su tiempo. No sólo sobre la práctica de la historia, sino sobre sus presupuestos ideológicos y sobre sus consecuencias políticas. Estamos, pues, frente a un texto que podríamos considerar “de batalla”; un texto cuyo éxito se debe no solamente a muchas de las ideas que plantea, sino también a la fluidez de su prosa y al tono combativo que acabo de referir y que proporciona al texto una dinámica muy peculiar.

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